El tornillo de lámina está diseñado para fijar materiales delgados, como chapas metálicas, láminas de plástico, o madera delgada, sin necesidad de una tuerca o rosca preexistente. Este tipo de tornillo tiene una rosca afilada que le permite cortar su propio paso en el material, creando una fijación segura al penetrar el material base y adaptarse a su forma. Los tornillos de lámina son ideales para aplicaciones donde se necesita una sujeción fuerte sin dañar el material base, y son especialmente útiles para materiales metálicos finos o plásticos. El tornillo tiene una cabeza avellanada, lo que significa que tiene un ángulo cónico o de "cono invertido". Esta forma permite que, una vez apretado el tornillo, la cabeza quede al ras o ligeramente hundida en la superficie del material. Esto es útil cuando se necesita que el tornillo quede plano o por debajo de la superficie para un acabado limpio y estéticamente atractivo. Además, una cabeza avellanada evita que el tornillo sobresalga, lo que mejora la seguridad y previene que el tornillo interfiera con otros componentes o superficies. El diseño Phillips es un tipo de ranura en forma de cruz en la cabeza del tornillo. Esta ranura permite un mejor agarre con un destornillador Phillips, reduciendo el riesgo de deslizamiento (conocido como "campear") y facilitando una mayor transferencia de torque. Los tornillos Phillips son populares porque permiten un apriete eficiente y reducen la probabilidad de que el destornillador se deslice fuera de la ranura, mejorando el control durante la instalación. El tornillo zincado ha sido recubierto con una capa de zinc para mejorar su resistencia a la corrosión. Este recubrimiento es comúnmente aplicado a tornillos de acero para protegerlos de la oxidación y el desgaste, especialmente en condiciones húmedas o al aire libre.
